La carrera entre el conejo y la tortuga motociclista

Era una mañana cálida de verano, cuando el conejo y la tortuga salían de casa para dar un paseo, decidieron correr por el bosque. El conejo era un veloz aventurero y estaba muy emocionado porque finalmente tenía algo que hacer en el día. La tortuga, por otro lado, era lenta y no podía seguir el paso del conejo.

Los dos amigos comenzaron a viajar por los campos, sin embargo, el conejo estaba desesperado y se le ocurrió organizar una carrera. El conejo estaba emocionado y no paraba de hablar, mientras la tortuga estaba muy pensativa.

De repente, el conejo vio una linda flor a lo lejos y le dijo, el primero que llegue hasta la flor, podrá ser el campeón. La tortuga hizo su mejor esfuerzo, pero el conejo era muy rápido y le gano.

El conejo, algo presumido, le dijo que le daría otra oportunidad, y como era muy veloz, la tortuga podía correr en las condiciones que quisiera.

La tortuga motociclista estaba cansada de que el conejo siempre le ganara a correr

Un sábado antes de la carrera, la tortuga hizo un plan, quería ganarle al conejo y ser el nuevo campeón de la comarca. Se le ocurrió utilizar una vieja motocicleta que papa tortuga tenía en la cochera.

Llegó la mañana del domingo y mientras el conejo hacía ejercicios de calentamiento, llego la tortuga en su moto de cuatro tiempos.

Por fin dieron el banderazo de salida y el conejo corría lo más fuerte que podía, pero la tortuga motociclista lo alcanzó fácilmente. El conejo estaba sorprendido por la velocidad de la tortuga, que reía con su amigo mientras avanzaban por el camino.

Sorprendido el conejo, pudo ver como la tortuga llegaba primero a la meta y festejaba junto a sus vecinos. Luego de la competencia, decidieron que ambos querían pasear en la moto de la tortuga.

El sol brillaba y el viento soplaba suavemente mientras recorrían el camino y platicaban cuentos cortos. Después de un rato de viaje, llegaron a una hermosa pradera, estaban tan contentos que decidieron olvidar la competencia y disfrutar el resto del viaje juntos.

El conejo y la tortuga motociclista corrían juntos

A partir de ese día, el conejo y la tortuga motociclista siempre se emocionaban cuando salían de aventuras juntos. Y aunque el conejo nunca dejó de intentar ganar las carreras, siempre lo hacían de forma amistosa, disfrutando del paisaje y de la compañía.

El conejo y la tortuga motociclista siguieron saliendo de aventuras por el resto de sus vidas. Siempre recordarían el día en que descubrieron que podían disfrutar juntos, independientemente de quién ganara la carrera.