Los dos niños y el oso maloso

Dos niños caminaban por el bosque cuando se encontraron con un oso. Uno de ellos subió rápidamente a las ramas de un árbol; el otro se tiró al suelo fingiendo estar muerto. Se dice que los osos nunca se alimentan de cadáveres, es por eso que el animal se acercó lentamente al cuerpo tirado en el suelo, lo revisó y olfateó acercándose a la nariz y la boca del hombre, pero la bestia no sentía el aliento ni veía el menor movimiento. El oso, cansado de buscar vida en aquel cuerpo, se fue al fin. El cobarde, sabiendo que el oso se había ido, fue corriendo a abrazar al compañero desprotegido. Celebrando la fortuna de haberlo encontrado sin lesión alguna, al fin le dijo: -Sabes qué noté? Que el oso te decía algo, ¿Qué te dijo? -Fueron estas palabras las que me dijo al oído: «No tengas amistad con la persona que te abandona si te ve que estas en riesgo». Los dos niños callados se alejaron de ese lugar y nunca mas volvieron a ser amigos ni salir juntos.

Moraleja y reflexión de «Los dos niños y el oso maloso»

Hay personas que solo se nos acercan cuando estamos de fiesta o mientras estamos en buenas condiciones. Hay un dicho que dice que los amigos se conocen en la enfermedad o en los momentos difíciles. Esto es totalmente cierto, las personas que valoran nuestra amistad no van a abandonarnos en un momento de problemas, pero los falsos amigos desaparecen cuando no estamos en un buen momento.

Hay que saber elegir a las amistades porque cuando andamos en la diversión todos somos amigos, que digo amigos somos hermanos. Sin embargo cuando tienes una enfermedad nadie te va a visitar mientras está convaleciente.

En este cuento corto el oso no le dijo nada, pero el niño que se quedó tirado se dio cuenta que el otro niño lo abandono a su suerte.