El ovejero bromista que decía mentiras

Era un ovejero, de nombre Juan, que vivía en una pequeña aldea en el medio de la montaña. Era un niño muy inteligente, y su padre lo había enviado a la escuela para que aprendiera a leer y escribir.

Un día, mientras estaba aprendiendo a leer, Juan se encontró con una libreta que contenía algunos cuentos e historias interesantes. Comenzó a leerlas y le gustaron mucho, así que decidió contarle una de ellas a sus compañeros de clase.

Sin embargo, Juan no fue honesto con sus compañeros. A medida que contaba la historia, fue cambiando pequeños detalles para que sonara mejor. Los engaño diciendo sobre un lobo feroz, que atacaba en la pradera y eso hizo que sus compañeros de clase se asustaran.

Cuando termino la escuela fueron todos a casa y Juan se retrasó un momento, cuando vio que sus compañeros estaban distraídos grito «ahí viene el lobo» y todos corrieron asustados.

Juan reía sin parar y todos sus amigos se alejaron, sin embargo, en ese momento un lobo de verdad estaba asechando y estaba a punto de atacarlo por la espalda.

El cazador ayudó al pastorcito mentiroso

En la aldea había un cazador muy famoso, al que todos conocían como el Rey de la Montaña. El cazador se dio cuenta de que Juan estaba en peligro y decidió ayudarlo.

Saco su rifle de cazador y le disparo al lobo feroz que inmediatamente salió corriendo despavorido.

En seguida, el cazador le enseñó a cómo contar historias de una manera entretenida y honesta. Le enseño que era mejor decir la verdad, incluso si no era tan interesante como decir una mentira.

Desde ese día, Juan siempre trató de ser honesto en todo lo que hacía. Y, aunque algunas veces se equivocaba, siempre trataba de decir la verdad.

A partir de ese momento, el ovejero Juan se convirtió en un contador de historias mucho más honesto. Ya no se le escuchaba contar mentiras, sino historias interesantes y verídicas.