Los hermanos libertinos y las estatuas de sal

Había una vez dos hermanos que era muy irresponsables y no creían en nada. Su madre les dijo que debían tener una vida sana y sin excesos, sin embargo, los dos hermanos seguían viviendo la vida recia. Nunca hacían caso, no respetaban reglas y se embriagaban todos los días hasta caer de borrachos.

Un día dijeron a sus padres que viajarían a una ciudad cercana donde había fiestas promiscuas y pecadoras. Los progenitores de ambos hermanos, les dijeron que esa ciudad era un lugar de pecado y las personas que llegaban a ese lugar no podían marcharse.

Los hermanos cegados por la lujuria, no escucharon los consejos y decidieron marcharse a ese lugar donde la fiesta nunca terminaba.

Estatuas de sal y de piedra
Los hermanos libertinos y las estatuas de sal

Llegaron al pueblo los hermanos libertinos

Cuando llegaron a ese lugar, se dieron cuenta de que las personas tenían una vida desenfrenada y satisfacían sus pasiones carnales. Todo mundo estaba bebiendo alcohol y reían con demencia, la vida era fácil y todo mundo era feliz.

Los dos hermanos se integraron a la fiesta, comenzaron a vivir una vida desenfrenada y gozaban de los pecados carnales. Pasaron tres semanas y ambos seguían embrutecidos por la vida fácil de ese lugar y no median las consecuencias de sus actos.

Una noche después de una enorme borrachera, los hermanos se quedaron dormidos profundamente, en sus sueños vieron a una paloma blanca que les hablaba con profunda calma y luz. La paloma decía que estaban equivocados y debían volver a su hogar, para estar con su familia y arrepentirse de sus pecados.

Al despertar, los hermanos sorprendidos platicaron del sueño que tuvieron y decidieron marcharse, sin embargo, recordaron las palabras de su padre, quien les dijo que si entraban a la ciudad no podrían marcharse.

Buscaron a un hombre viejo que era esclavo en ese lugar y decidieron platicarle que querían marcharse. El viejo les dijo que escapar de ese lugar era peligroso, porque quienes se marchaban no podían mirar hacia atrás, o se convertían en estatuas de sal.

Ellos, sorprendidos, tenían temor y no sabían qué hacer, sin embargo, estaban arrepentidos y querían regresar con sus padres. En ese momento decidieron marcharse y el anciano les recordó, si se van no volteen hacia atrás o se convertirán en estatuas de sal.

Se marcharon los hermanos libertinos y las estatuas de sal

Los dos hermanos comenzaron a caminar por el desierto y mientras avanzaban entre ellos decían que no voltearían hacia atrás. Sintieron un gran temor cuando en su camino encontraban a personas que habían volteado la cara para mirar hacia atrás y estaban hechos estatuas de sal.

Comenzaron a orar para aliviar su miedo, y ambos se fortalecían con sus palabras, sus pies no podían caminar y sentían una gran curiosidad por voltear para mirar el pueblo que dejaban atrás. De repente apareció la paloma de sus sueños y los acompaño hasta que se alejaron completamente de ese lugar.

Cuando llegaron su casa lloraban arrepentidos, se dieron cuenta de que habían envejecido y ahora eran más viejos que sus padres. Los excesos habían acabado con su vida y ahora no podían hacer muchas cosas que antes eran sencillas.

Entendieron que perdieron la vida en vicios y excesos carnales, por lo que ahora dedicaban su vida a ser buenas personas y realizar buenas acciones. Cuando sentían la necesidad de volver a la vida promiscua, recordaban las estatuas de sal que encontraron en el camino.

Reflexión del cuento Los hermanos libertinos y las estatuas de sal

El cuento de Los hermanos libertinos y las estatuas de sal, nos invita a reflexionar sobre los vicios y la mala vida, que muchas veces preferimos y no escuchamos los consejos de nuestros padres.