La huesuda muy lista, un taller montó,
con cartón y plástico pronto comenzó.
Para su gran fiesta, de forma dinámica
hizo un globo gigante, con barro y cerámica,
El papel maché volaba por el aire,
mientras el unicel anunciaba un gran baile.
Con yeso blanco, un esqueleto esculpió,
y al final, en su altar, todo lo colocó.
«¡Qué fiesta tan fina!», gritaba la flaca,
mientras se columpiaba sentada en su hamaca.
La muerte contenta, con su arte bizarro,
reía a carcajadas, ¡del esqueleto de barro!