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La calaca huesuda tuvo un accidente. Chocó su auto alquilado en la colonia Poniente. Llamó por teléfono a su agente de seguros, que tardaría horas para ayudar en los apuros.


—¿Para qué rentas un auto si lo vas a chocar?
Y firmas el seguro de vida si muerta ya estás.
—Yo lo que quiero es mi seguro de gastos médicos mayores,
pero si no me ayudas, te llevo al cementerio de aseguradores.