Calavera literaria larga para el profesor
Estaba el Profe comiéndose un elote,
cuando llegó la muerte y dijo: “¡qué gordote!”
El Profe le dijo: “No me lleves, por favor,”
y la muerte le dijo: “¡Cómo no, mi profesor!”
“Mira, no me lleves y te picho un esquite.”
“No, mi profesor, me lo llevo aunque se quite.”
“Hay, huesuda linda, no te hagas del rogar,
déjame un ratito, que me quiero enamorar.”
“Ay, mi Profe lindo, lo siento de verdad,
pero pal panteón me lo tengo que llevar.”